sábado

Ante las injusticias... ¿Poner la otra mejilla?


Sé que este espacio lo visitan desde distintas partes del mundo. Pero hoy (día de la independencia argentina) les pido permiso para escribir sobre mi país (aunque la reflexión bíblica es aplicable a todas las naciones).
Amo esta patria, y eso que protesto todo el tiempo. Amo este suelo, y eso que lo conozco muy poco. Amo a la gente que conocí a través de distintas misiones: a los de Tamberías en San Juan, a los de los barrios humildes de San Pablo en Tucumán, a los de Las Talas en La Rioja y a todos los que necesitan que reaccionemos y empecemos  de una vez por todas a construir una patria para todos. En esta fiesta de la independencia saco la bandera aunque nos hayamos ido del mundial.
Pero en este sitio, dedicado a los catequistas quisiera compartir una reflexión a cerca de nuestro rol como cristianos en la situación que nos toca vivir. Y lo haré desde un texto del evangelio (Mt. 5, 38-42) en el cual Jesús nos propone poner la otra mejilla cuando nos peguen en la mejilla derecha. Me pregunto: ¿es esto realizable hoy? ¿Ayudaría a las víctimas de la injusticia y la corrupción, a los marginados de nuestra patria a salir de esa situación si pusiéramos la otra mejilla?...
Sabemos bien que todo texto hay que verlo en su contexto, y en sintonía con todo el mensaje de Cristo. Si lo que dijo es literal, me guste o no, tengo que poner la otra mejilla. Si es un modo metafórico de expresarse, bueno sería saber qué nos quiso decir. Para finalmente buscar dónde está la Buena noticia del texto.
Para sacarnos la duda acerca de la literalidad de la frase de Jesús, nada mejor que ver cómo actuó Él ante una bofetada. Y encontramos un pasaje del evangelio de Juan (18,23), en el contexto del juicio ante el poder religioso judío, cuando un guardia golpea de ese modo a Jesús. Jesús obviamente no devuelve el golpe (por algo pide que superemos el ojo por ojo del Antiguo Testamento); tampoco ofrece literalmente su otra mejilla para que le sigan pegando, sino que confronta al guardia: “si dije algo mal, muestra en que ha sido, y si lo que dije está bien… ¿por qué me pegas?” Queda claro que era entonces una manera simbólica de hablar. Pero ¿por qué utilizó ese ejemplo y no otro? ¿Qué mensaje nos quiso transmitir?...
Algunos exégetas hacen referencia a lo humillante que era en ese tiempo el golpe de revés (por eso hablaría de mejilla derecha, ante la mayoría diestros). Es muy probable, pues estaría en la línea de lo que Jesús nos quiere trasmitir: POR MÁS HUMILLANTE QUE SEA LA OFENSA, NUNCA PAGUEMOS CON LA MISMA MONEDA. ¿Pero esto no nos pondría en estado de indefensión ante el mundo? ¿No nos dejaría encerrados en la comodidad de no jugarnos ante las injusticias?...
De ninguna manera debe ser así, pues en el mismo discurso en el que Jesús dice esto, afirma que serán Bienaventurados los que tengan hambre y sed de justicia. EL CRISTIANO DEBE SER EL PRIMERO EN DEFENDER LOS PROPIOS DERECHOS Y LOS DE LOS DEMÁS. De una mala interpretación de este texto, derivó un modo espiritualista de vivir la fe, sin compromiso social, sin una verdadera y cristiana preocupación por el otro. La actitud profética de denuncia de lo injusto y de anuncio de todo lo que va a favor de la dignificación de las personas, nunca debe ser dejada de lado.
Jesús ya puso la cara por mí. Yo estoy invitado a poner la cara por los demás. Pero está clarísimo que es desde la búsqueda de la justicia y no desde un “aguantar todo total vendrá la Vida eterna”, pues el Reino de Dios lo empezamos a construir desde acá.
Amo esta patria aunque muchas veces me duela. Amo a todos los que sufren en ella. Y amo la hermosa posibilidad y gran responsabilidad de jugarnos por el prójimo, del mismo modo que Jesús se jugó por mí!

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