miércoles

EDITORIAL: "Re-lanzamos el Blog!!!!"

Hola amigos y compañeros de camino!!!
Mucha gente linda me envió mails en los últimos tiempos pidiéndo que se actualice este blog. Preguntaban qué había pasado que de golpe se había "frenado", y me ofrecían su colaboración para que este pequeño espacio virtual recomenzara a ofrecer las herramientas de espiritualidad y abordaje pastoral que intenta compartir desde su inicio. Acepto la colaboración que todos me ofrecen, así como acepté la contención de todos los que me han acompañado en estos últimos meses de una etapa difícil (pero de crecimiento y aprendizaje) de mi vida. Espero que todos manden material y sugerencias por medio de los comentarios, o al mail que figura en este blog. Consciente de las limitaciones de este humilde blog, pero convencido de la necesidad de recurrir a estos medios modernos, para la trasmición del sentido de la vida en Cristo, los invito a participar y enriquecer con su presencia, comentario y aporte de material este espacio libre de reflexión.
Les mando un abrazo enorme a todos!
José (Lito) Balabanian

Abierta la inscripción al profesorado de Ciencia Sagrada

El Instituto Superior para la Formación de Docentes “Pedro Goyena” (Lomas) abrió
la inscripción para el ciclo 2010 del Profesorado en Ciencias Sagradas destinado
a agentes de pastoral que quieran ser catequistas y desempeñar su tarea en
colegios, o para aquellas personas que simplemente desean profundizar su
formación y su fe.

La carrera -que se dicta en la Casa de la Catequesis (Sáenz 572, Lomas)- dura
cuatro años y se cursa de lunes a viernes de 17.45 a 22. Las materias son
anuales y se pueden dividir en dos grandes grupos: las “pedagógicas” (que se
comparten con el resto de los profesorados: Historia, Matemática, entre otras)
y las “específicas” que tienen que ver con la orientación: materias teológicas,
catequísticas, bíblicas, antropológicas, etc.)

Al final de la carrera, el egresado obtiene el título de “Profesor en Ciencias
Sagradas”, el cual tiene validez nacional ya que es expedido por el Ministerio
de Educación de la Provincia de Buenos Aires. De esta manera, el egresado podrá
ejercer como Profesor de Catequesis y/o Religión tanto en el nivel inicial,
primario y secundario, ser Profesor de Construcción de Ciudadanía, coordinador
de Pastoral, de la catequesis escolar y/o parroquial, desempeñarse como
preceptor y/o secretario, y ejercer y desarrollarse en cargos directivos.

“Testimoniar fielmente la presencia de Dios en el mundo de hoy; asumir la
función educadora como un servicio evangelizador y liberador; leer y discernir
los signos de los tiempos a la luz del Evangelio; proponer la fe católica en un
marco pluricultural abierto al diálogo; contemplar y aceptar el Misterio de Dios
y de la Iglesia y su acción salvífica en el mundo; colaborar activamente en la
acción educadora y evangelizadora de la escuela, la parroquia y la comunidad
religiosa; e internalizar el rol docente para enseñar, comprendiendo y
articulando las ciencias filosóficas, pedagógicas, psicológicas y teológicas en
una práctica adecuada. Esto es lo que pretendemos de nuestros egresados”, señalo
el profesor Jose Izzo, director del Instituto “Pedro Goyena”.

Además de la cursada habitual, Izzo agregó que “los alumnos cuentan con cursos
breves orientados a perfeccionar y ampliar el conocimiento en otras áreas
específicas, un retiro anual, la posibilidad de asistir a dos misas durante la
semana y disponen de acompañamiento espiritual y asesoramiento vocacional”.

Es requisito indispensable que los interesados tengan el título secundario,
aunque existen espacios curriculares donde se puede participar en condición de
“alumno oyente” sin hacer la carrera docente. También, es importante saber que
el Instituto cuenta con un sistema de becas para aquellos alumnos de bajos
recursos que no cuentan con los medios económicos para afrontar el costo de la
cuota mensual.

El Instituto, cabe recordar, nació hace 13 años “viendo la necesidad de contar
en la diócesis con catequistas formados y titulados como docentes”, y
actualmente es uno de los pocos que existen en la provincia entregando un
título oficial, no solo para desempeñarse en colegios sino para
enriquecer-elevar el nivel de la catequesis en las parroquias, tan ávidas de
catequistas.

Más información sobre la carrera o la inscripción: Sáenz 572, Lomas (lunes a
viernes de 17.30 a 21); 4245 1662; info@pedrogoyena.edu.ar;
www.pedrogoyena.edu.ar

Guía Educativa: un nuevo servicio de "Eclesia"

Como una contribución a la pastoral educativa de la diócesis, “Eclesia - Comunicación institucional” presenta su nuevo portal educativo: www.guiaeducativa.info

El novedoso sitio tiene, fundamentalmente, una guía referencial de todos los colegios e institutos confesionales de la diócesis, ordenados por nivel.

Pero no solo esto. Guía Educativa reflejará la dinámica educativa diocesana, con la posibilidad de que los colegios e institutos compartan su vida institucional.

Y habrá noticias del mundo educativo, todas las novedades oficiales de los Ministerios de Educación nacional y provincial, recursos para docentes y datos importantes para las familias.



Los fundamentos completos de este nuevo emprendimiento, en www.guiaeducativa.info

La integración, el ponerse en el lugar del otro y la sensibilidad, son solo algunos de los valores expuestos en este emotivo video:

Sumate!!!!!

"La Iglesia en el abismo" Una carta para pensar...

Henri Ovulad SJ, 31 de enero de 2010 a las 13:40

El jesuita egipcio más destacado en los ámbitos eclesial e intelectual, Henri Boulad, lanza un SOS para la Iglesia de hoy en una carta dirigida a Benedicto XVI. La misiva ha sido transmitida a través de la Nunciatura en El Cairo. El texto circula en medios eclesiales de todo el mundo.

Santo Padre:

Me atrevo a dirigirme directamente a Usted, pues mi corazón sangra al ver el abismo en el que se está precipitando nuestra Iglesia. Sabrá disculpar mi franqueza filial, inspirada a la vez por "la libertad de los hijos de Dios" a la que nos invita San Pablo, y por mi amor apasionado por la Iglesia.

Le agradeceré también sepa disculpar el tono alarmista de esta carta, pues creo que "son menos cinco" y que la situación no puede esperar más.

Permítame en primer lugar presentarme. Jesuita egipciolibanés de rito melquita, pronto cumpliré 78 años. Desde hace tres años soy rector del colegio de los jesuitas en El Cairo, tras haber desempeñado los siguientes cargos: superior de los jesuitas en Alejandría, superior regional de los jesuitas de Egipto, profesor de teología en El Cairo, director de Caritas-Egipto y vicepresidente de Caritas Internationalis para Oriente Medio y África del Norte.

Conozco muy bien a la jerarquía católica de Egipto por haber participado durante muchos años en sus reuniones como Presidente de los superiores religiosos de institutos en Egipto. Tengo relaciones muy cercanas con cada uno de ellos, algunos de los cuales son antiguos alumnos míos. Por otra parte, conozco personalmente al Papa Chenouda III, al que veía con frecuencia. En cuanto a la jerarquía católica de Europa, tuve ocasión de encontrarme personalmente muchas veces con alguno de sus miembros, como el cardenal Koening, el cardenal Schönborn, el cardenal Martini, el cardenal Daneels, el Arzobispo Kothgasser, los obispos diocesanos Kapellari y Küng, los demás obispos austríacos y otros obispos de otros países europeos. Estos encuentros se producen con ocasión de mis viajes anuales para dar conferencias por Europa: Austria, Alemania, Suiza, Hungría, Francia Bélgica... En estos recorridos me dirijo a auditorios muy diversos y a los media (periódicos, radios, televisiones...). Lo mismo hago en Egipto y en Oriente Próximo.

He visitado unos cincuenta países en los cuatro continentes y he publicado unos treinta libros en unas quince lenguas, sobre todo en francés, árabe, húngaro y alemán. De los trece libros en esta lengua, quizá haya leído Usted "Gottessöhne, Gottestöchter" [Hijos, hijas de Dios], que le hizo llegar su amigo el P. Erich Fink de Baviera.

No digo esto para presumir, sino para decirle sencillamente que mis intenciones se fundan en un conocimiento real de la Iglesia universal y de su situación actual, en 2009.

Vuelvo al motivo de esta carta, intentaré ser lo más breve, claro y objetivo posible. En primer lugar, unas cuantas constataciones (la lista no es exhaustiva):

1. La práctica religiosa está en constante declive. Un número cada vez más reducido de personas de la tercera edad, que desaparecerán enseguida, son las que frecuentan las iglesias de Europa y de Canadá. No quedará más remedio que cerrar dichas iglesias o transformarlas en museos, en mezquitas, en clubs o en bibliotecas municipales, como ya se hace. Lo que me sorprende es que muchas de ellas están siendo completamente renovadas y modernizadas mediante grandes gastos con idea de atraer a los fieles. Pero no es esto lo que frenará el éxodo.

2. Seminarios y noviciados se vacían al mismo ritmo, y las vocaciones caen en picado. El futuro es más bien sombrío y uno se pregunta quién tomará el relevo. Cada vez más parroquias europeas están a cargo de sacerdotes de Asia o de África.

3. Muchos sacerdotes abandonan el sacerdocio y los pocos que lo ejercen aún -cuya edad media sobrepasa a menudo la de la jubilación- tienen que encargarse de muchas parroquias, de modo expeditivo y administrativo. Muchos de ellos, tanto en Europa como en el Tercer Mundo, viven en concubinato a la vista de sus fieles, que normalmente los aceptan, y de su obispo, que no puede aceptarlo, pero teniendo en cuenta la escasez de sacerdotes.

4. El lenguaje de la Iglesia es obsoleto, anacrónico, aburrido, repetitivo, moralizante, totalmente inadaptado a nuestra época. No se trata en absoluto de acomodarse ni de hacer demagogia, pues el mensaje del Evangelio debe presentarse en toda su crudeza y exigencia. Se necesitaría más bien proceder a esa "nueva evangelización" a la que nos invitaba Juan Pablo II. Pero ésta, a diferencia de lo que muchos piensan, no consiste en absoluto en repetir la antigua, que ya no dice nada, sino en innovar, inventar un nuevo lenguaje que exprese la fe de modo apropiado y que tenga significado para el hombre de hoy.

5. Esto no podrá hacerse más que mediante una renovación en profundidad de la teología y de la catequética, que deberían repensarse y reformularse totalmente. Un sacerdote y religioso alemán que encontré recientemente me decía que la palabra "mística" no estaba mencionada ni una sola vez en "El nuevo Catecismo". No lo podía creer. Hemos de constatar que nuestra fe es muy cerebral, abstracta, dogmática y se dirige muy poco al corazón y al cuerpo.

6. En consecuencia, un gran número de cristianos se vuelven hacia las religiones de Asia, las sectas, la new-age, las iglesias evangélicas, el ocultismo, etcétera. No es de extrañar. Van a buscar en otra parte el alimento que no encuentran en casa, tienen la impresión de que les damos piedras como si fuera pan. La fe cristiana que en otro tiempo otorgaba sentido a la vida de la gente, resulta para ellos hoy un enigma, restos de un pasado acabado.

7. En el plano moral y ético, los dictámenes del Magisterio, repetidos a la saciedad, sobre el matrimonio, la contracepción, el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, el matrimonio de los sacerdotes, los divorciados vueltos a casar, etcétera, no afectan ya a nadie y sólo producen dejadez e indiferencia. Todos estos problemas morales y pastorales merecen algo más que declaraciones categóricas. Necesitan un tratamiento pastoral, sociológico, psicológico, humano... en una línea más evangélica.

8. La Iglesia católica, que ha sido la gran educadora de Europa durante siglos, parece olvidar que esta Europa ha llegado a la madurez. Nuestra Europa adulta no quiere ser tratada como menor de edad. El estilo paternalista de una Iglesia "Mater et Magistra" está definitivamente desfasado y ya no sirve hoy. Los cristianos han aprendido a pensar por sí mismos y no están dispuestos a tragarse cualquier cosa.

9. Las naciones más católicas de antes -Francia, "primogénita de la Iglesia" o el Canadá francés ultracatólico- han dado un giro de 180º y han caído en el ateísmo, el anticlericalismo, el agnosticismo, la indiferencia. En el caso de otras naciones europeas, el proceso está en marcha. Se puede constatar que cuanto más dominado y protegido por la Iglesia ha estado un pueblo en el pasado, más fuerte es la reacción contra ella.

10. El diálogo con las demás iglesias y religiones está en preocupante retroceso hoy. Los grandes progresos realizados desde hace medio siglo están en entredicho en este momento.

Frente a esta constatación casi demoledora, la reacción de la iglesia es doble:

- Tiende a minimizar la gravedad de la situación y a consolarse constatando cierto repunte en su facción más tradicional y en los países del tercer mundo.

- Apela a la confianza en el Señor, que la ha sostenido durante veinte siglos y será muy capaz de ayudarla a superar esta nueva crisis, como lo ha hecho con las precedentes. ¿Acaso no tiene promesas de vida eterna?

A esto respondo:

- No es apoyándose en el pasado ni recogiendo sus migajas como se resolverán los problemas de hoy y de mañana.

- La aparente vitalidad de las Iglesias del tercer mundo es equívoca. Según parece, estas nuevas Iglesias atravesarán pronto o tarde por las mismas crisis que ha conocido la vieja cristiandad europea.

- La Modernidad es irreversible y por haberlo olvidado es por lo que la Iglesia se encuentra hoy en semejante crisis. El Vaticano II intentó recuperar cuatro siglos de retraso, pero se tiene la impresión que la Iglesia está cerrando lentamente las puertas que se abrieron entonces, y tentada de volverse hacia Trento y Vaticano I, más que hacia Vaticano III. Recordemos la declaración de Juan Pablo II tantas veces repetida: "No hay alternativa al Vaticano II".

- ¿Hasta cuándo seguiremos jugando a la política del avestruz y a esconder la cabeza en la arena? ¿Hasta cuándo evitaremos mirar las cosas de frente? ¿Hasta cuándo seguiremos dando la espalda, crispándonos contra toda crítica, en lugar de ver ahí una oportunidad de renovación? ¿Hasta cuándo continuaremos posponiendo ad calendas graecas una reforma que se impone y que se ha abandonado demasiado tiempo?

- Sólo mirando decididamente hacia delante y no hacia atrás la Iglesia cumplirá su misión de ser "luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la pasta". Sin embargo, lo que constatamos desgraciadamente hoy es que la Iglesia está en la cola de nuestra época, después de haber sido la locomotora durante siglos.

- Repito lo que decía al principio de esta carta: "¡SON MENOS CINCO!" -¡fünf vor zwölf!- La Historia no espera, sobre todo en nuestra época, en que el ritmo se embala y se acelera.

- Toda operación comercial que constata un déficit o disfunción se reconsidera inmediatamente, se reúne a expertos, intenta recuperarse, se movilizan todas sus energías para superar la crisis.

- ¿Por qué la Iglesia no hace otro tanto? ¿Por qué no moviliza a todas sus fuerzas vivas para un aggiornamento radical? ¿Por qué?

- ¿Por pereza, dejadez, orgullo, falta de imaginación, de creatividad, quietismo culpable, en la esperanza de que el Señor se las arreglará y que la Iglesia ha conocido otras crisis en el pasado?

- Cristo, en el Evangelio, nos pone en guardia: "Los hijos de las tinieblas gestionan mucho mejor sus asuntos que los hijos de la luz..."

ENTONCES, ¿QUÉ HACER?... La Iglesia tiene hoy una necesidad imperiosa y urgente de una TRIPLE REFORMA:

1. Una reforma teológica y catequética para repensar la fe y reformularla de modo coherente para nuestros contemporáneos.

Una fe que ya no significa nada, que no da sentido a la existencia, no es más que un adorno, una superestructura inútil que cae de sí misma. Es el caso actual.

2. Una reforma pastoral para repensar de cabo a rabo las estructuras heredadas del pasado.

3. Una reforma espiritual para revitalizar la mística y repensar los sacramentos con vistas a darles una dimensión existencial, a articularlos con la vida.

Tendría mucho que decir sobre esto. La Iglesia de hoy es demasiado formal, demasiado formalista. Se tiene la impresión de que la institución asfixia el carisma y que lo que finalmente cuenta es una estabilidad puramente exterior, una honestidad superficial, cierta fachada. ¿No corremos el riesgo de que un día Jesús nos trate de "sepulcros blanqueados"?

Para terminar, sugiero la convocatoria de un sínodo general a nivel de la iglesia universal, en el que participaran todos los cristianos -católicos y otros- para examinar con toda franqueza y claridad los puntos señalados más arriba y los que se propusieran. Tal sínodo, que duraría tres años, se terminaría con una asamblea general -evitemos el término "concilio"- que sintetizara los resultados de esta investigación y sacara de ahí las conclusiones.

Termino, Santo Padre, pidiéndole perdón por mi franqueza y audacia y solicito vuestra paternal bendición. Permítame también decirle que vivo estos días en su compañía, gracias a su extraordinario libro "Jesús de Nazareth", que es objeto de mi lectura espiritual y de meditación cotidiana.

Suyo afectísimo en el Señor,

P. Henri Boulad, s.j.

(Aporte realizado al blog por Carlos Freije)

Nuestra opinión acerca de la carta:

Somoscatequistas: Siempre la Iglesia se ha debatido entre luces y sombras. Jesús quiso que la continuación de su obra estuviera encarnada en hombres concretos. Por ende no se puede esperar la perfección. Pero estamos llamados a "saber ver" los signos de los tiempos para renovarnos constantemente para estar cerca de los hombres y sus realidades concretas. Hay momentos en la historia en los que el reclamo de revisión va surgiendo (generalmente desde las bases) de modo incontenible. Es ir comprendiendo cada vez más la plenitud de la revelación ya dada por Jesucristo, aplicándola a las necesidades reales de la humanidad. El Evangelio por sí mismo es el que puede calmar el ansia de plenitud que tiene todo hombre, pero hay que ver cuál es el modo de presentarlo, para que siga resultando significativo para su vida concreta. Aportamos esta carta como sugerencia para el debate y para animarnos a vivir de una forma distinta nuestro "ser Iglesia en el mundo"

¡Es tiempo de compromiso!

Yo fui testigo de esto al misionar en Tamberías (San Juan). Las personas que viven allí saben de esta situación, pero se los amenaza con el tema de quedar sin trabajo (trabajo que los explota y los expone a altos riesgos para su salud). Es hora que NO nos callemos, exijamos lo que nos corresponde por derecho. Exijamos que nos escuchen!!!!!!!!!!!! Cuándo vamos a reaccionar, cuando ya no haya solución?????????????? Queda en nosotros la respuesta!!!!!!!!!!

Alicia Agromayor

Video clip sugerido por Luciana a través de comentarios. Del cantante evangélico Jesús Adrián Romero. Gracias y sigan aportando!

martes

ENCUENTRO PARA NOVIOS Y/O MATRIMONIOS

Se puede comenzar "jugando" con el texto de los 3 primeros capítulos del Génesis (aclarando siempre el carácter simbólico y no-histórico de estos escritos), como introducción dirigida a dialogar o escribir y luego compartir con la pareja sobre:
1) Lo que más me gusta de la manera de ser de mi pareja (partiendo de la emoción de Adán al descubrir a Eva: "¡Esta sí que es hueso de mis huesos, y carne de mi carne!" Gén. 2, 23)
2) Lo que más me molesta de mi pareja (partiendo de la desarmonía y el reproche de Adán posterior al pecado: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él" Gén. 3, 12)

Luego se propone trabajar dialogando y preguntándonos: "¿qué cosas no permiten que se exprese con esta profundidad el amor verdadero?" Y leemos el siguiente relato (que se puede complementar con el film "El hijo de la novia")...
El amor verdadero
Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de su pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.

Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo ví mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.

Mientras le realizaba las curaciones, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geríatrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.

El me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que pacedía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.

Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, 'Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quien es usted?'

El sonrió
y me acarició la mano
'Ella no sabe quien soy,
pero yo aún se quien es ella.'
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé,

'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'

(Aporte de Gustavo Caprarotta)
Se ilumina lo anterior con el himno al amor de 1 Cor. 13, 1-13 (También se puede utilizar algunas de las versiones cantadas que son hermosas todas) y se propone "reescribir" el himno en pareja llevándola cada una a su realidad concreta, para ofrecerlo a Dios como signo y compromiso.

Se puede finalizar el encuentro leyendo el siguiente cuento:

EL SONIDO MISTERIOSO

Ya mientras dormía, venía oyéndolo y confundiéndolo con parte de su sueño. Pero José fue despertando y, somnoliento aún, descubre que el sonido sigue allí, pues no viene de su sueño, sino de la realidad. Son como golpes, pero que no le infunden miedo, sino todo lo contrario, lo tranquilizan. Con una cadencia viva, sostenida, acompasada, llena de certeza y de misterio, le hacen sentir como si le marcaran el ritmo a su despertar.

De cualquier modo, a José no le resulta extraño, pues es un sonido que siempre oye cuando está bien, pero también (y sobretodo) lo acompaña cuando está mal. Lo impulsa, le da "motivos para amanecer"[1].

Él sabe que la existencia de ese sonido, le ayuda a descubrir el sentido de su vida. Es más, generó a su vez otros tres sonidos similares que suavemente repiquetean a pocos metros del lugar.

Es tan importante para él, que cree, que si alguna vez no lo pudiera oír más, lo seguiría acompañando (aunque solo “audible” en su corazón) desde donde esté. José lo percibe como un sonido de vida, un ritmo de amor, un “eco” de Dios...

Decide levantarse. Es entonces cuando, quita su oído de sobre el pecho de su esposa, y se dispone con alegría a comenzar el día.



[1] Frase “hurtada” al querido y admirado Mamerto Menapace.

Del libro "Destellos de Luz, reflejos de vida" de José Balabanian Ed. San Pablo (En edición)

domingo

¿Con qué texto bíblico iluminarían el video que está aquí arriba? Hagan click en comentarios y participen!!!!!

He aprendido... lo "ya sabido"...

He aprendido en estos últimos meses, que hay que disfrutar de cada pequeño instante de esta maravillosa vida... Que cuando anda todo bien, es porque "Dios cuida de los suyos"...
También aprendí que el dolor forma parte de la existencia (ya sea el esperado o el que aparece cuando uno menos lo preveía)... Y si las fuerzas para seguir salen de donde uno no se explica, es porque "Dios cuida de los suyos"...
Es decir que aprendí, que Dios no me libera mágicamente de los problemas, sino que respeta mi libertad y autonomía. Que por ser cristiano no tengo un "campana de cristal que me protege", pero, al serlo, soy consciente de que Jesús me acompaña en el camino, sufriendo con mi dolor, iluminando mi caminar en la toma de decisiones, fundamentando mi esperanza...
He "aprendido a aprender" de la vida, a que la propia experiencia, te abre a comprender la vida de los otros, te ablanda el corazón, y libera a los hombres, firme y amorosamente, de enjuiciar implacablemente a los demás...
He aprendido, también con dolor, lo que le cuesta al ser humano contemplar las miserias expuestas del que abre su corazón, y no comprender que son las mismas que yacen escondidas en lo profundo del propio corazón...
Aprendí, una vez más, que Dios no me prueba, ni me envía castigos por mis errores... Que las cruces son parte de la vida, y aún en ellas uno encuentra el amor de Dios, que respeta mi libertad, que está en la puerta esperando ver (aunque sea de lejos) a su hijo, para correr a abrazarlo...
He aprendido a gozar del reencuentro, de la "resurrección" de la vida que parecía inexorablemente muerta... Aprendí nuevamente a amar...
Que es cierto que "Dios cuida a los suyos", pero sabiendo, como todo Padre, que no hay mejor aprendizaje que lo vivido a través de la libre experiencia... Y que al hablar de "los suyos" hablamos de todos. Y compréndaseme bien, cuando hablo de TODOS, no me refiero a los "practicantes"; ni a "todo católico"; ni siquiera a "los cristianos" en general; ni a los "buenos", sino a todo ser humano...
Y me pregunto: ¿no lo sabía acaso?... Y me respondo: lo acontecido me enseñó a vivir, desde la experiencia y el amor, lo ya sabido...

NO ESTOY DE ACUERDO CON DIOS (Un aporte de "Grupos Bíblicos Universitarios")




 No son sólo escritores o filósofos audaces los que piensan así. ¿Quién de nosotros no ha dicho o pensado lo mismo más de una vez?
Por ejemplo, frente
a las palabras de un antiguo libro: “Dios hace salir el Sol sobre malos y buenos
y hace llover sobre justos e injustos”. Precisamente en este punto no estamos
de acuerdo con Dios. Es esta falta de justicia la que nos indigna.
Cuando pensamos en el Vietnam, en el hambre de Etiopía, en los latifundios y
la miseria de Latinoamérica, o en increíbles arsenales de bombas atómicas, se
revuelve nuestro sentido de la justicia. ¿Cómo no ha de indignarnos que
mueran los jóvenes, que sufran los inocentes, que los culpables se queden sin
castigo y que prosperen los malvados?. ¿Cómo vamos a estar de acuerdo con
Dios que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e
injustos?.
Admitamos que aunque las palabras que hemos citado fueron pronunciadas
por Jesucristo en él célebre Sermón del Monte, no por ello nos inquieta menos.
Porque nos inquieta la injusticia. Tanto es así que ante ella muchos llegan a la
conclusión de que no hay Dios, o que si lo hay se ha olvidado del mundo, que
para el caso es lo mismo. Porque si hubiese Dios, y si el mundo le importase,
no permitiría que continuara la injusticia. Eliminaría a los malvados, acabaría
con los injustos, los explotadores, los desalmados.
Dicho de otra manera, si tu y yo fuésemos Dios, organizaríamos las cosas de
otro modo. Haríamos justicia. Ejerceríamos en gran escala y con todo el poder
que se supone que Dios tiene, este sentido de la justicia que nos ha llevado a
la protesta. En la vida diaria, frente a situaciones propias y ajenas, muchas
veces nos gustaría tener una posición de poder, aunque fuese mínimo, para
hacer justicia. Imagínate: ¡tener todo el poder de Dios para hacer las cosas a
nuestro modo!.
La verdad es que a cada momento en la vida diaria, estamos aplicando nuestro
sentido de la justicia a nuestras circunstancias. Si el camarero del restaurante
no te atiende bien, buscas de alguna madera que lo sancionen, o le sancionas
a tu modo. Si tu novio o tu novia te engaña, luego tiene que vérselas contigo. Si
un amigo te falla, te haces justicia aunque sólo sea en el tono de la voz cuando
vuelves a verle. Cuando dejes la universidad, al aumentar tu esfera de
influencia, tendrás mayores oportunidades de ejercer tu sentido de justicia. Y
esto que haces en pequeña escala es lo que harías en gran escala si fueras
Dios.
Por supuesto, si fuésemos Dios no dejaríamos que el Sol saliera sobre los
injustos. Nada de lluvia buena para ellos. Los neutralizaríamos, los
encerraríamos, los eliminaríamos. ¿No crees que casi todos tenemos una lista
negra de personas a las cuales, si fuésemos dios, no permitiríamos estar en el
mundo? Piensa por un momento en los manifiestos, proclamas,
conversaciones, discursos y amenazas que se oyen a diario en la Universidad
y fuera de ella. Veamos quiénes están en estas listas negras.
Para algunos son los de la izquierdas. El mundo sería un mundo desarrollado,
tranquilo y pacífico a no ser por los comunistas que se agitan entre las sombras
de Occidente y tiranizan a las masas sufrientes detrás del telón. La tarea de
arreglar el mundo tendría que comenzar por eliminarlos a ellos.
Para otros la lista negra está compuesta de nombres anglosajones. Los
malvados son los buitres de Wall Street, los barones de la banca mundial que,
con sus agentes nativos, manejan grandes imperios comerciales e industriales,
y fabrican armamentos y guerras para probarlos.
Cada cual sabe por dónde comenzaría la tarea de limpiar y reorganizar el
mundo, si fuese Dios. Probablemente tu tienes tus propias ideas al respecto, tu
propia lista.
Pero vamos a ver. Reflexionemos un poco. Si eliminamos a esos malos que
causan la ruina de hoy, ¿no surgirán otros iguales para sustituirlos? ¿Quién me
garantiza a mí o a ti que si nosotros llegásemos arriba seríamos más justos y
buenos que estos otros? Ahí está toda la historia de la humanidad para
quitarnos cualquier optimismo fácil. En el siglo pasado se solía pontificar sobre
el progreso. Hubo generaciones que se figuraron ser las portadoras de una
antorcha que llevaría a la humanidad hacia una edad dorada de paz y justicia.
Dos absurdas, crueles e inútiles guerras, y el fantasma amenazante de otra han
acabado con el optimismo. Hitler y Stalin han encarnado la tremenda frase de
un personaje de Dostoiewsky: “Si Dios no existe, todo está permitido”. ¡Ah! Si
yo fuera Dios... Si tú fueras Dios...
Seamos honestos. En este drama de la injusticia humana no podemos dárnoslo
de espectadores, porque todos somos actores. Y si aplicásemos nuestro
sentido de la justicia hasta sus últimas consecuencias, conociéndonos como
nos conocemos cada uno en el fondo, tendríamos que terminar por poner
nuestro nombre en la lista negra. Esas es la condición humana.
“Dios es justo y ama la justicia”. Esta es la línea general y la tónica de la
enseñanza bíblica, dentro de la cual se ubica Jesucristo a quién nombramos al
principio. Para la Biblia la injusticia en el mundo es parte de la condición
humana. Los hombres se debaten en terrible dilema. Por un lado su sentido de
la justicia, más o menos agudo según las circunstancias, y por otro su
incapacidad para vivir obrando siempre lo justo. A esta condición la Biblia lo
llama PECADO. Pecado es este desencuentro entre un Dios justo y nosotros,
hombres injustos. A nuestra injusticia que comienza con los pequeños actos de
todos los días con los cuales nos destruimos o destruimos al prójimo, es a lo
que Dios llama pecado. El hombre es universal; nadie escapa al hecho de ser
pecador. “Por cuanto todos pecaron ... No hay justo ni aún uno”, sigue diciendo
la Biblia.
Ni los que protestan contra las pequeñas injusticias de la vida cotidiana, ni los
que luchan contra las grandes injusticias, están exentos de la condición de
pecadores, de injustos ante Dios. Admitamos que hay diferencias entre ellos. El
egoísta que sólo aspira a que lo traten bien a él en los estudios y en los
negocios o que, si es necesario, pisotea los derechos de los demás para
triunfar él, no es igual al que se consagra a una lucha sacrificada por la justicia
social o por el bien de los demás. Pero ante la justicia de Dios ninguno llega a
ser realmente justo. Es por eso que en un análisis final, hasta las revoluciones
en contra de la injusticia no pueden evitar generar su propia secuela de
injusticias. Si el hombre pudiera solucionar primero el problema de su propia
injusticia personal, de su propia contradicción íntima, de su pecado, tal vez
luego podría hacer algo por los demás.
www.gbu.es

Una carta que conmueve

Fernando Cáceres le envió una carta a Salvador Cabañas, también baleado en la cabeza y quien todavía se encuentra muy grave internado en el Distrito Federal.

"Sé muy bien por lo que estás pasando. Algo similiar me sucedió a mí. Y sin embargo, a 86 días de ese horrible accidente te escribo desde la clínica Fleni, en donde gracias a Dios me estoy rehabilitando. Te pido que luches con todas tus fuerzas: "se puede y existen los milagros". Lo vas a conseguir: lucha, lucha y no bajes los brazos. Todos estamos con vos y llenos de esperanzas para que te mejores pronto. Que tu familia, amigos y todos los jugadores sepan que, aun en la distancia, estoy con todos ustedes. En mi caso, el amor de mis seres queridos hace que hoy pueda escribirte. Espero que pronto podamos charlar y recordar estos hechos como pruebas que nos puso la vida. Un gran abrazo y toda la fuerza del mundo. Fernando Cáceres."

Fuente: Diario deportivo Olé de Argentina

Somoscatequistas: Emociona ver como se puede sacar algo bueno de lo malo. Pero además la carta deja elementos para reflexionar:

1) Agradece a Dios su rehabilitación e insta, a Cabañas, a confiar en los milagros, pero queda claro en el texto, que el milagro no se da sin luchar con todas las fuerzas y sin bajar los brazos. Dios "actúa" en nuestro actuar...

2) En su caso el "milagro de Dios" se esta dando a través del amor de sus seres queridos (y de las personas que lo atienden). Dios "actúa" a través de los demás...

3) No habla de una prueba de Dios, sino de una prueba de la vida. Dios siempre quiere nuestra felicidad...

Y lo notable del texto es que lo expresa alguien (Fernando Cáceres) que está sufriendo el mal uso de la libertad de los hombres...

Encuentro catequístico para adultos:

Iniciamos con el siguiente video (Renovación- El águila)

Luego del cuál trabajaremos en base a la pregunta ¿Qué cosas de nuestra vida necesitamos dejar atrás para recomenzar? (Puede ser en un trabajo en grupo, mini-charla de a dos, diálogo orientado entre todos, expresarlo en crealina o cartulina y poner en común, etc)

Luego del plenario se puede iluminar con algún texto del evangelio en el que el encuentro con Cristo modifique la vida del personaje (por ejemplo "el ciego de Jericó": Mc 10, 46-52, "Zaqueo": Lc. 19, 1-9, "la samaritana": Jn. 4, 1-30, etc.). La metodología de abordaje del texto puede ser: ver ¿cuál era la situación inicial del personaje, cuál fue la final y a qué se debió el cambio de una situación a otra?. Las pautas de reflexión nos tendrían que ayudar a descubrir el encuentro con Jesús que me renueva de tal modo que cambia mi vida. Preguntas como "¿Cuál creen que es la buena noticia del texto?" pueden ayudar.

Se podría terminar rezando-cantando "Déjame nacer de nuevo".

Para la reflexión de los grupos de catequistas...

Responder al llamado

La vocación de catequista suele , como la mayoría de las vocaciones, presentarse de manera progresiva y se va descubriendo a medida que se avanza en el camino. Muchos sienten el llamado de manera fuerte y clara movidos por el ejemplo de su propio catequista o por hallarse en un ambiente propicio para desarrollar su carisma. Otros, ingresan en un seminario de catequístico simplemente buscando ampliar sus conocimientos y complementar su formación y terminan descubriendo que lo aprendido no pueden guardárselo y lo tienen que compartir. Otros, y con estos tres casos no pretendo agotar todas las posibilidades existentes, son convocados por el sacerdote a cargo de su parroquia para que animen un grupo y, la fuerza de las circunstancias lo empujan a asumir la responsabilidad de una forma seria y consciente.
Cualquiera sea el caso de cada uno, el catequista siempre tiene mucho que aprender y uno de los asuntos principales es responder al llamado con generosidad y entrega.

Responder como actitud de vida

No somos catequistas durante "la hora" de catequesis o en las reuniones de preparación. Somos catequistas a toda hora, en todo lugar y en todo momento. Si ser catequista es presentar a Jesús a los demás para que lo conozcan y lo amen, para que comprendan que somos hijos de Dios y estamos insertos en el plan de salvación, eso no es una tarea de unas horas, un trabajo del cual nos desprendemos al terminar el horario sino algo que involucra cada gesto, cada opinión y le da sentido a la vida.

Responder con confianza en Dios

Para asumir cualquier vocación podemos sentirnos sin fuerzas o incapaces de cumplir con todas las exigencias que implica. En el caso de los catequistas, la respuesta al llamado tiene que tener una gran dosis de confianza en el Señor para que nos acompañe en el cumplimiento de esta tarea. Cierto es que hay que formarse y perfeccionarse poniendo las propias habilidades al servicio de la transmisión de la palabra de Dios pero, no se trata de confiar sólo en las propias fuerzas y en la preparación adquirida sino saber que debemos ser lo suficientemente transparentes como para dejar que sea el mismo Dios quien actúe en el corazón y la mente del otro.

Responder desde la oración

Es muy importante confrontar lo que vamos descubriendo y viviendo con la Palabra de Dios que nos ayuda a discernir con criterio sano y claridad. Palabra leída e interiorizada no sólo como estudio bíblico sino en oración, en diálogo verdadero con Dios. Sintiéndonos amados y respetados como hijos, únicos e irrepetibles.

Guía para la reflexión en el grupo de catequistas

1) Preparar, individualmente, un esquema del tipo de las "líneas de tiempo", marcando los momentos fuertes de nuestra vocación catequística y cómo fuimos respondiendo.
2) ¿Cuáles fueron los obstáculos más fuertes que encontramos en el camino de nuestra vocación? Identificarlos con claridad y describirlos lo más equilibradamente posible.
3) ¿Cuáles fueron los empujones y ayudas más fuertes que recibimos? ¿Quiénes influyeron o influyen positivamente en nuestra respuesta constante al llamado de ser catequistas?
4) ¿Qué lugar ocupa la oración en nuestra respuesta cotidiana al llamado de Dios?
Fuente: www.sanpablo.com

sábado

El cuento de la semana

El caracolito:
Transcurría el otoño del '96, días en los que percibía dolorosamente, lo que tantos poetas expresaron: la extraña relación entre dicha estación y la melancolía. Aunque yo sabía bien, que mi estado de ánimo no se debía a la caída de las hojas, ni a la escasa presencia del sol, o a añoranzas veraniegas; mi tristeza tenía hondas raíces que la alimentaban...

No quería preocupar a mi familia, ni quería recurrir a mis amigos que ya bastante tenían con sus problemas. Y como el día gris invitaba a la caminata en soledad, decidí recorrer las calles de la ciudad de Burzaco, para conocer el lugar donde pronto iba a tener que dar clases. Cada paso que daba, iba acompañado por un recuerdo amargo, una angustia penetrante ante el entorno que me oprimía, o un sentimiento de no encontrar la salida ante los problemas, pues la tristeza siempre opaca mi esperanza...

Al cabo de unas cuadras, llegué a la plaza de la ciudad, repleta de chicos alegres que se empeñaban con sus risas, en contradecir a tantos siglos de poesía otoñal. Al sentarme en el banco que está justo enfrente a la parroquia, me puse a pensar si no sería conveniente cruzar la calle, e ir al encuentro de un sosiego espiritual. Pero en un rapto de soberbia (pues la desesperanza siempre opaca mi cordura), me dije que si Dios quería ayudarme, que viniera Él a mi encuentro...

Con los ojos brillosos, hundía la mirada en las vereditas internas de la plaza. Las mismas eran de tierra y estaban cubiertas de miles de fragmentos de conchilla, que crujían ante el peso de cada pisada, que con el tiempo los convertiría en polvo. Cuando súbitamente, el recorrido inquieto y sin sentido de mis ojos se detiene en un punto del serpenteante camino, provocando mi asombro. Es que en medio de tanto caparazón destruido, descubrí un pequeño y hermoso "caracolito" de mar, que increíblemente había soportado, quien sabe cuanto tiempo, las pisadas de todos los que habían recorrido esa concurrida plaza. Su aspecto nacarado y sus formas espiraladas estaban intactas, lo que motivó mi admiración. Siendo tan frágil y pequeño, el caparazón del "caracolito" había podido subsistir, resistiendo los duros embates, apoyándose en los demás caparazones (que aunque estuvieran desechos, evidentemente le habían servido de ayuda). Y siento que "vino a mi encuentro" para dar brillo y consuelo a mi mirada, que solo recorría la conchilla rota y crujiente.

Poniéndome de pie, me acerqué y la tomé entre mis manos, la guardé en un bolsillo, decidí que el otoño no era tan triste como pensaba, y con una sonrisa en mis labios, crucé la calle...

Del libro "Destellos de Luz, reflejos de vida" de José Balabanian Ed. San Pablo (En edición)
RESULTADO DE ENCUESTAS ANTERIORES: