lunes

El cuento de la semana

"Hacer presente el Evangelio en nuestro mundo...este es el desafío. (...) es uno el mensaje que queremos encarnar en las actuales circunstancias". Hna María Inés Corral (A.P.)
UN LOCO SUELTO EN LA CIUDAD
La gente está preocupada, pues la primera plana del diario titula: "HAY UN LOCO SUELTO EN LA CIUDAD". El rumor se extiende, y la sociedad, satisfecha en su cordura, ve amenazada su tranquilidad por la locura de algún insatisfecho. Unos a otros van contando historias del personaje en cuestión, creando así, una leyenda casi increíble, pues todos concluyen con ironía, que nadie puede estar tan loco.
Dicen que parece tener una vida normal: comerciante, casado, con hijos, incluso con problemas parecidos a la gente normal, como por ejemplo la falta de dinero. Pero ahí, justamente, es por donde empiezan a vislumbrase sus "rarezas". Cuentan (por citar solo algunas), que un fin de semana decidió cerrar su negocio para colaborar en un retiro de jóvenes de no sé que movimiento, sin importarle la plata que perdía. Otros dicen que un día, le robaron dinero en la calle, y que lo hubiera podido recuperar, mintiendo al seguro que el robo había sido dentro de su comercio, Y NO QUISO!!! Ademas el loco dice que nunca es tarde para realizar la vocación, y estudia para docente (justo cuando éstos, están menos pagos). Y en lugar de querer ser profesor de computación, matemática, contabilidad, u otra cosa al menos un poquito mas rentable, quiere enseñar filosofía. Evidentemente, su locura lo hace desestimar al dinero, si hasta cuando en su parroquia, hablan de juntar fondos para la construcción del nuevo templo, él habla de evangelización, espiritualidad, y no sé cuántas cosas mas , "sobreentendidas" para una comunidad parroquial... Y lo mas "tragicómico", es que el loco, es consciente de la cantidad de pecados y defectos que tiene encima, e igual se cree llamado y amado por Dios. Es de no creer!
"Sus actitudes pueden ser perjudiciales para la sociedad", decía la nota en el periódico, y daba varios ejemplos. Cuando el mundo político todo, gira en torno a los grandes capitales, él se preocupa por los pobres y desprotegidos. Cuando la "moda" era estar en los extremos, él decía que no los necesitaba para pedir por la dignidad del hombre. Cuando la violencia ya está admitida por la mayoría, es capaz de recibir una trompada por separar a dos desconocidos que se pelean en la calle, ante la mirada entretenida de los curiosos. Evidentemente su estado parece ser grave.
Otra prueba de su insania es que cuando la "lógica humana dice que hay que devolver agresión por agresión, él paga bien por mal. Cuentan que si intentan quitarle sus derechos, no reacciona de inmediato, pero no para dejarse avasallar, sino para pensar en la manera adecuada de defenderlos. Como verán es realmente inentendible.
La gente comenta con razón, que no se puede confiar en una persona que cuando su hijo le pide que le regale la estrella mas grande y luminosa del firmamento, le rompe el corazón diciéndole que no, y le ofrece una mas chica y menos brillante, con la que (según él), será mas feliz.
Toda la ciudad está escandalizada de sus dichos y hechos, que van trascendiendo. El loco dice cosas como que solo es intolerante con la intolerancia; o que no es del mundo, pero tiene que estar metido en el mundo, y otras cosas igualmente incomprensibles. Además, este inadaptado social, es capaz de pedir perdón, decir la verdad, tratar bien a la gente, tener esperanza, educar a sus hijos , y hasta (crease o no) ser fiel a su esposa!
Está creído que está en el mundo para amar, y por supuesto, para la sociedad de hoy, a dos mil años del comienzo de la era cristiana, eso es una antigüedad, y casi nadie lo comprende. Y el loco sufre por esto, y mucho..., pero a pesar de todo (y he aquí otro síntoma de su locura) es muy feliz. Aunque quizás lo mas preocupante para la gente, es el final de la nota del diario, pues gracias a la investigación, se podría afirmar, que habría que tener mucho cuidado, pues este loco...NO ES EL UNICO!...
*(Mc. 3, 20-21) (Jn. 15, 18-21) (2 Tm. 4, 1-5)
"El Dios escondido", José Balabanian, Ed. San Pablo
RESULTADO DE ENCUESTAS ANTERIORES: