miércoles

Un via crucis especial! Gracias Fano por tu creatividad al servicio del Evangelio!

En esta cuaresma, tiempo de reflexión, encontrémonos con lo más profundo de nuestro ser.

Si todo un Dios dio la vida por nosotros, será porque, envueltos en su amor, valemos la pena!!!!

El cuento del mes

“…su padre lo vió y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.” (Lc. 15, 20)

EL INCENDIO

El padre prefería a las nenas, pero como ya tenía una, se ilusionó mucho al oír, en la puerta de la sala de parto, que su segundo hijo, que acababa de nacer, era un varoncito. Pensó que sería su compañero ideal y esto le daba alegría. Disfrutó mucho de ese bebé, y a medida que el niño crecía, se iban cumpliendo sus sueños: ir juntos a la cancha, enseñarle a jugar al fútbol, charlar con él sobre los valores sencillos de la vida, salir de paseo, y tantas cosas más…
Pero el tiempo pasó rápidamente, y aquel niño compañero, se convirtió en un adolescente arisco, crítico e independiente. Y si bien todos le decían que era una etapa normal, su comportamiento le resultaba incomprensible. No hizo falta mucho para que comenzaran a molestarle ciertas cosas del hijo: que no aportara para los gastos de la casa, que le usara el coche pero que no lo lavara, que cambiara de ánimo constantemente, y muchas cosas más., Pero sobre todo, le dolía que fuera inflexible al juzgarlo, justamente a él, que le había dado todo.
El hijo por su parte, había crecido ante la fuerte imagen de un padre que trabajaba sin cesar, que nunca le había pegado, que jugaba con él y que siempre estaba dispuesto a charlar. De chico creía que esa persona que le daba afecto y seguridad, era poco menos que un superhombre, pues lo veía perfecto.
Pero también para él, el tiempo pasó, y paulatinamente comenzó a descubrir en su padre, todos los errores que antes no percibía. Empezó a rivalizar con él, hasta en los pequeños detalles. Quizás inconscientemente, no le perdonaba el hecho de no ser ese superhombre, que en sus ilusiones de niño había idealizado. Es así como, al juzgarlo, pasó de un extremo al otro, pues ni había sido perfecto antes, ni era un manojo de defectos después; pero el muchacho no lo comprendía así.
Ni siquiera sus oficios eran parecidos, pues el padre era zapatero, y el hijo peluquero (uno se dedicaba a los pies y el otro a las cabezas). Una mañana como tantas, el joven iba en colectivo a su peluquería, y al pasar por la esquina de la zapatería (que normalmente estaba abierta desde una hora antes), miró hacia allí por la ventanilla, repitiendo la costumbre de cada día. Pero esta vez no se encontró con la escena de siempre...
Creyó que el corazón se le paralizaba al ver bomberos trabajando, aparentemente, contra un incendio en el local de su padre. De un salto se paró y tocó el timbre desesperadamente. Al bajar, y dejando atrás las quejas del conductor, corrió alocadamente hasta el lugar, sin saber con qué se iba encontrar. Empujando a la gente agolpada, llegó hasta el local, donde los bomberos acababan de terminar su trabajo, pero sus ojos desorbitados no encontraban lo que querían ver. Su mente solo atinaba a implorar a Dios, con las plegarias que había escuchado desde chico, en boca de quien hoy buscaba entre el tumulto y la confusión. Desorientado y al borde del llanto, comenzó a preguntar, hasta que de un local vecino ve aparecer la figura de su padre, con la cara negra de hollín, la mano vendada y la vista perdida. Corrió a su encuentro y se unieron en un abrazo interminable, en el que no hacían falta las palabras.
El hijo apretaba entre sus brazos a ese ser lastimado e indefenso, que poco tenía de superhombre, y el padre sentía el consuelo en los brazos de ese hijo, que poco tenía de perfecto, pero ambos se dieron cuenta, de lo mucho que tenían de necesidad mutua... Y en ese instante de amor, no les importó nada más.

martes

Editorial: ¿Cuál es el verdadero católico practicante?

Estamos en un tiempo litúrgico (cuaresma) en el que las prácticas religiosas toman un nuevo impulso en vistas al acontecimiento que hace que nuestra fe no sea vana: la resurrección de Cristo.
Pero una pregunta clave para revisar nuestra “espiritualidad” es: ¿Qué entendemos por prácticas religiosas? El famoso término “practicante”, ¿a qué hace acciones concretas hace referencia?…
Tradicionalmente el privarnos de algo a través del ayuno y la abstinencia o el no faltar a misa en día de precepto era (o es) considerado un buen indicador; como también lo es participar de algún movimiento eclesial o institución parroquial, pues se podría decir “¿qué mejor práctica que ésa?” Pero me animo a preguntar (y a abrir el libre debate haciendo comentarios por este medio): ¿no corremos el riesgo de caer en el cumplimiento como norma de relación con Dios? ¿No ponemos lo exterior por sobre lo interior? ¿No nos parecemos mucho al hijo mayor de la parábola del Padre misericordioso? (Lc. 15, 11-32)…
No quiero que ni yo ni nadie en nuestra amada Iglesia, corra el riesgo de ser llamado “sepulcro blanqueado” (Mt. 23, 27-32). Pero ¡qué difícil que es entonces definir al cristiano practicante!...
Sería equívoco de mi parte (y no es mi intención) quitarle importancia a las prácticas antes mencionadas, así como desmerecer la participación activa en movimientos e instituciones, y mucho menos restarle el valor capital de nuestra fe a la eucaristía (pues solos no podemos nada, por eso necesitamos alimentarnos de Jesús). Mi reflexión me lleva a pensar que si todo eso no va acompañado de un compromiso con la vida concreta y cotidiana de los hombres puede resultar un espiritualismo vacío de sentido, o un sacramentalismo que acota enormemente la inconmensurable grandeza del Amor recíproco que Dios nos ofrece, o un activismo meramente exterior que solo sirve para alimentar mi ego personal y cerrarme en un círculo en el que no acceden los que no son como yo, es decir los distintos tipos actuales de “paganos impuros”.
La respuesta, como siempre la encontramos en Jesús. De “mil” maneras distintas denunció el fariseísmo. Clara e insistentemente propuso una relación de intimidad filial con el Padre que nos ama. Nos advirtió sobre la posibilidad de convertirnos en guías ciegos (Mt. 15, 12-14). Criticó reiteradamente los ritos meramente exteriores, y propuso decididamente una espiritualidad de compromiso con el otro, demostrándolo con obras y palabras hasta dar la vida.
Pido perdón si hiero alguna sensibilidad, no es mi intención, pero cada vez más siento que el verdadero practicante es el que (con Cristo en el corazón, más que en la boca) lucha por un mundo mejor jugándose día a día:
El que trabaja incesantemente para llevar el pan a su casa a pesar de las desigualdades económicas que lo rodean. La madre que lucha para enfrentar la depresión (enfermedad, por si hace falta aclarar) y salir de ella a pesar de las incomprensiones de los cristianos “no depresivos” que señalan con el dedo. El joven que se esfuerza por ser él mismo y no lo que le proponen los demás, a pesar de la burla de los que sin saberlo son dominados por esclavitudes generadas por otros. La docente que no pierde el fuego de su vocación a pesar de la notoria desvalorización a la cual está sometida su tarea. El matrimonio que ante las crisis, las afrontan con valentía para salir fortalecidos, a pesar de que sus hermanos en la fe ya no tengan la misma actitud hacia los que los “defraudaron” por haber tenido un conflicto. La persona que afronta el duelo por la pérdida de un ser querido, llorando lo que hay que llorar, pero abriéndose a la esperanza que nos da la Pascua, a pesar que muchos le endilguen su falta de fe por haber llorado (cómo si Jesús no hubiera llorado ante la muerte de Lázaro…). El político (quiero tener esta ilusión) que ante la posibilidad de entrar en el espiral de la corrupción dice que no y se caracteriza por tener hambre y sed de justicia, a pesar de que esto haga que todos los demás políticos hagan campaña en su contra. El que se equivocó y lucha por volver al camino, aunque muchos del camino le cierren tranqueras. Y la lista podría seguir.
En fin, creo que practicar el Amor es el mejor indicador que Cristo nos dejó… Espero tu comentario, es hora de pensar juntos… pues resucitaremos juntos!!!!!!!!!!
RESULTADO DE ENCUESTAS ANTERIORES: